Roger Robinson
Un paraíso portátil
		
		Si hablo de 
		Paraíso
		hablo de mi abuela
		que me dijo que siempre lo llevara
		oculto, así, nadie lo sabría. 
		No podrán robártelo, decía.
		Y si la vida te pone en aprietos
		llévalo en tu bolsillo 
		y sigue sus caminos,
		huele el aroma de pino
		que va en tu pañuelo,
		canta, en voz baja, su himno.
		Si tu cansancio dura,
		en la habitación de un albergue,
		un hotel o un rancho, 
		busca un candil y vacía el Paraíso 
		en el escritorio: esas blancas arenas,
		tus verdes colinas y el pescado fresco. 
		Inflama el candil como una esperanza
		del porvenir, y mira fijamente esa llama 
		hasta que te venza el sueño.
		
		
		La tarea del paraíso
		
		El Paraíso tiene por tarea
		el consuelo de aquellos que quedaron atrás,
		
		pensar que aquellos amados y perdidos
		perdurarán allí como pequeños dioses.
		
		Los rezos en voz baja tienen por tarea
		Ayudarte a calmar tus heridas y miedos.
		
		El largo y negro coche fúnebre tiene por tarea
		mostrarnos que, al nacer, vamos hacia la muerte.
		
		Una tumba impecable tiene por tarea
		recordarnos la forma de vivir nuestros días.
		
		Si pudiese tan solo vivir mis días hasta que la muerte bastara
		y hacer sentir la Tierra como Paraíso.
		
		
		Botellas volando hacia la policía 
		
		Ya que ustedes nos matan
		públicamente, ¿quién hablará por nosotros
		sino estas botellas voladoras?
		
		
		Ascensión
		
		
		Me enteré 
		que cuando grababas Ascensión
		en tu mesa había un cerro de cocaína.
		A través del planetario de un telescopio,
		cerrabas un ojo y percibías el mundo,
		en busca de un lenguaje de los cielos.
		Un pase, un pase, oh, 
		somos constelaciones inhaladas
		por el cielo nocturno, 
		metiéndose una raya entre los ritmos
		hasta alcanzar notas azules, una meditación.
		Parpadean las estrellas, dioses minúsculos de luz,
		el mundo es tan vasto, pero mayor la música.
		La libertad es esto, tu vida es esto.
		No hay un tú, solo una espiral de sonidos
		que tañen como cuásares. 
		Una luz hacia arriba, por un ducto celeste.
		Ser dios, sonido, implica estar moviendo
		al universo, es respirar en círculo.
		Coltrane, Coltrane, te está sangra la nariz.
 
Palinodia del cuervo
		
		Humano,
		fui durísimo contigo. No sabía
		que tus jóvenes
		interrumpen
		su sueño
		y que has estado
		en vela y cuidabas tu hijo
		hasta muy noche.
		Uno de mis hijos
		no está bien. Él no crece
		como los otros.
		Al igual que tú, 
		me preocupo de más.
		Abro los ojos y mi mente
		está llena
		de telarañas.
		Los demás se preguntan
		qué le pasa a su padre.
		Me muevo por inercia
		porque me necesitan,
		pero resulta más y más difícil.
		Te ofrezco una disculpa, humano,
		me apresuré al juzgarte.
		Ahora entiendo el peso
		que cargas.
 
Paraíso
		
		¿Es una isla 
		perfecta el Paraíso?
		¿Recompensa por una vida de buenas obras,
		una retribución a los virtuosos?
		¿Antídoto a las llamas del infierno, al azufre
		y a padecer interminablemente?
		¿Tendrá blancas arenas y aguas cristalinas,
		puras piñas coladas, trajes de baño, sombrillas y tumbonas,
		nuestros huesos relajándose al fin en sus pieles bañadas por el sol?
		¿Veremos en el mar, a lo lejos, tormentas
		que misteriosamente no preocupan jamás a nuestras costas?
		Luego de años en tan perfecta tierra,
		¿no habremos de anhelar en secreto una noche
		que despertemos y haya cielos de heridas nubes,
		relámpagos, la lluvia diluviando
		y el crimen de unos cuervos
		que desbrocen la luna con su cara grasosa por acné?
 
Roger Robinson [Londres, 1982], escritor, educador y experimentado director de talleres y conferenciante sobre poesía, que ha ganado el Premio T.S. Eliot con su libro A Portable Paradise en 2020. Hijo de padres londinenses y trinitarios, cuando tuvo cuatro años fue llevado a Trinidad, de donde regresó al cumplir los 19 cuando vivió con su abuela en Ilford, Essex, y luego se mudó a Brixton, a sur de Londres. Durante la década de los años noventa participó en lecturas públicas de poemas con grupos como Techno Animal, Flytronix, The Bugz, Attica Blues y Speeka. Robinson es el vocalista principal del proyecto musical King Midas Sound, cuyo álbum Waiting for You, fue aclamado por la crítica. En 2015 lanzó Dis Side Ah Town, que ha sido descrito como "un álbum que líricamente recuerda a los letristas más incisivos y sugerentes del dub y el roots reggae". Algunos de sus libros de poesía son Butterfly Hotel [Hotel Mariposa, 2013], Suckle [Amamantar,2009] y Suitcase [Equipaje, 2005]. John Burnside, miembro del jurado del premio T.S. Eliot, dijo que en Paraíso portátil: “Hay un magnífico equilibrio entre lo público y lo personal. El libro posee un fuerte sentido humanitario. Los poetas siempre han escrito sobre injusticias porque la poesía es un gran medio para ello; atrae todas nuestras facultades, habilidades y empatías. Cuando la gente se ve rebasada por lo racional, olvida la humanidad y la piedad. La poesía nos recuerda, de nuevo, esos atributos”. Versiones de Hernán Bravo Varela y Harold Alvarado Tenorio.
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