W. S. Merwin
por Juan José Rodríguez

William Stanley Merwin nació en New York City en 1927.
Su padre fue un ministro presbiteriano. Sobre este hecho, Merwin ha dicho: «yo comencé a escribir himnos para mi padre y, poco a poco, pude escribir de todo.» Aún niño, su familia se mudó a New Jersey. Así, Merwin creció junto al río Hudson, mirando las grandes torres de Nueva York.
Asistió a la Universidad de Princeton, donde obtuvo un postgrado en lenguas romances. Trabajó como tutor en Francia, Portugal y Mallorca (donde trabajó con el hijo de Robert Graves). En el contexto de su brillante generación (que incluye a Gary Snyder y Galway Kinnell, a John Ashbery y James Merrill), es el principal descubridor contemporáneo de los bosques y ríos norteamericanos.
Desde su primer libro, escrito básicamente durante sus estancias en Europa, Una máscara para Jano (1952), que ganó el premio Yale a los poetas jóvenes, se puso en evidencia la centralidad de la naturaleza en esos empeños.
Esta dicción se irá consolidando en varios libros, como Los osos danzantes (1954) y El blanco en movimiento (1963) hasta llegar a su primera obra de plena madurez: Los piojos (1967). En este libro abandona el corte versal clásico, la puntuación habitual y algunos elementos grecolatinos, impulsando una metafísica de resistencia a los sistemas alienantes de la cultura, del mundo y del sufrimiento. En ese tono, de cierto minimalismo, escribe El acarreador de las laderas (1970) y el libro que consolida ese período poético, llamado Escritos para un acompañante ilimitado (1973). Tras ese poemario seguirían varios libros como La lluvia en los árboles (1988), Viajes (1993), La zorra (1996), Flor y mano: poemas 1977-1983 (1997) y El sonido del río (1999). En ellos, la naturaleza aparece como reino de la gracia absoluta, aquejada hoy por un tiempo manual (como en Carrera Andrade) al que el poeta sólo puede oponer un clamor (como en Jorge Guillén). Allí, Merwin se vuelve más conceptual y amargo, a un tiempo, en una sintaxis torrencial, sin dejar de alumbrarnos con la luz de las meditaciones imposibles. Últimamente ha publicado algunas colecciones breves, hasta el presente 2004. Sus poemas han sido traducidos al alemán, al francés, al español (por el poeta mexicano Jorge Esquinca) y a varias lenguas más. Sus honores incluyen el Premio Bollingen, el Premio del Club PEN para traductores (que incluyen la Chanson de Roland, el Purgatorio, Poemas de Pablo Neruda y Aforismos de Antonio Porchia), el Premio Shelley y el Premio Wallace Stevens. Vive actualmente en Haikú, un pueblo de la isla de Maui, ubicada en el estado norteamericano de Hawaii, cultivando huertos, junto a su esposa argentina Paula, quien, según Merwin, «se cansó de vivir por más de treinta años entre los edificios de New York y quería vivir en un lugar más amable». En medio de la belleza natural –quizá agónica- que ha plasmado de un modo inigualable en sus poemas, Merwin trabaja como activista ambiental y, de vez en cuando, viaja al continente para dar charlas o lecturas sobre poesía y ecología.


Juan José Rodríguez (Quito, 1979) es periodista y autor de los poemarios Intención de Sombra, (2001) y Grabados Sobre Una Columna Derribada, (2004).

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