Extracto de poesía
Jaime Jaramillo Escobar nació en Pueblorrico (Antioquia)
en 1932. Surgió a la vida literaria con el seudónimo de X-504
como integrante del grupo inicial del Nadaísmo. Su único libro, Los poemas de la ofensa, (1968) fue ganador del premio
nadaísta de poesía en 1967, y es un libro casi perfecto que,
leído hoy, quince años después de haber aparecido,
conserva la misma fuerza, la misma originalidad y la misma belleza –y
más– que en aquellos tiempos en que era joven poesía.
El Extracto de poesía que acaba de publicar Colcultura
es una antología personal en la que todos los veinticinco poemas,
con una única excepción, proceden de Los poemas de
la ofensa y en la que están, inclusive, seis poemas que
tienen por lo menos veinte años de haber sido escritos, pues aparecían
ya en la primera antología del grupo, titulada 13 poetas
nadaístas (1963).
El hecho de que la selección provenga del autor pone de manifiesto
los aspectos que más le interesan a Jaramillo Escobar en su breve
y, por lo visto, cada vez más reducida obra, que en este extracto
se concreta más a poemas narrativos plenos de simbologías,
en los que se narran trasposiciones de historias seguramente personales,
entrecruzadas con personajes históricos e imaginados, en un estilo
versicular de rigor tan admirable que aún narrando simuladas –y,
por esto, auténticas leyendas– nunca incurre en un estilo declamatorio,
ni en la enmarañada pompa de adjetivos, ni en la filigrana de la
imagen.
Precisamente, lo que hace de ésta una poesía “lograda”
(para decirlo con una palabra de Darío Lemus), es que todos los recursos
poéticos están al servicio del poema y no al contrario. Por
esto es difícil encontrar una poesía escrita en versos largos
o versículos (a la manera de una escritura apócrifa) tan rigurosa
y tan identificada con un misterio propio y original. La riqueza y la exhuberancia
de estos poemas están dadas íntegramente con la economía
y la precisión del tono y del ritmo de la narración; los elementos
simbólicos aparecen dentro de la historia y, aunque a primera vista
pareciera lo contrario, son escasas las metáforas, las comparaciones
y aun el más elemental y socorrido recurso retórico, como
el adjetivo.
Pero si los procedimientos formales de Jaramillo Escobar hacen de su poesía
una de las más limpias y logradas de Colombia, el mundo personal
que ella revela, su originalidad, su auténtica capacidad para violar
convencionalismos y lugares comunes e ideas hechas, su propio y muy nuevo
horror, cambian el nivel del juicio para señalar que con sus poemas
logra Jaramillo Escobar la embriaguez y el poder de conmoción que
son tan escasos, pero que son el requisito de toda auténtica poesía.
Darío Jaramillo Agudelo, El Tiempo, 1983 04 30