Mahmud Darwish es considerado el principal poeta palestino, internacionalmente reconocido por su creatividad poética y su total compromiso frente a la ocupación de Palestina por el ejército israelí y sus consecuencias políticas y sociales.

Nació en la aldea de Berweh, cercana a la ciudad de Acre, el año 1942. El ejército israelí en su avance armado hacia Líbano en 1948 ocupa la zona y arrasa la aldea y su casa, donde el estado de Israel, como en tantos otros lugares, instala un nuevo asentamiento de colonos judíos.

Este episodio, producido a los cinco años de edad obliga a los miembros de la familia a trasladarse hasta Galilea donde tienen que permanecer unos años en calidad de refugiados en la propia tierra.

Sus experiencias de opresión y exilio se inician muy pronto, puesto que después de acabar los estudios de primaria y secundaria deja a la familia y se marcha a territorio israelí, a Haifa, trabajando como periodista en el aparato de propaganda del Partido Comunista de Israel, donde milita durante diez años.

En 1961 deja Israel, para vivir en El Cairo, Beirut, Túnez, Moscú, París y Londres y obtiene el premio Lotus Prize, de la Unión de Escritores de Asia y África. En los años 90 regresa a su país, aunque debe vivir entre Amman y Ramallah, ingresa en la OLP ocupando cargos importantes en el departamento de cultura y funda la revista independiente Al Karmel donde da a conocer a los artistas literarios más relevantes de la oprimida sociedad palestina.

Su obra poética, reconocida como importante por el propio Darwish, no se publica hasta 1964, con la aparición de su segundo poemario Hojas de Oliva (Awraq al-Zaytun) y de Amante de Palestina (Ashiq min Filastin,1970) que le dan la reputación del “poeta palestino de la resistencia”; aquí, su estilo, genera tópicos de amor y política, de tono insolente que buscan la reafirmación de la identidad palestina contra la invasión sionista, subordinando las consideraciones estéticas o artísticas a la indisolubilidad histórica de la tierra, en la que ésta aparece transformada en mujer y que presagia el futuro de la lírica en Darwish.

A partir de Menos Rosas (Ward Aqal,1986) y en Canciones, canciones (Hiya aganiya, Hiya Aganiya, 1986), ésta relación va a intensificarse aunque con un matiz de desencuentro y desilusión ante la realidad del mundo árabe y culmina en un cierto misticismo generado por el exilio, en que palabra, memoria y sueño son la llave terminológica que los une a las heridas y la muerte causadas por la lejanía y la ausencia.

Su evolución poética posterior, La cama de un extraño, (Sarir al-Garib, 1998) y Mural (Jidaryya,2000) introduce alusiones cada vez con mas frecuentes del simbolismo universal de las religiones monoteístas que imperan la zona, pero enlazadas en paradójico contraste entre su significado y su condena a la constante injusticia contra el pueblo palestino. La profecía y el eco del Antiguo Testamento se mezclan con la heroica resistencia y la crítica a las monarquías del petróleo, y su voz objetiva asume el lenguaje, los motivos y el estilo coránico para reflejar el cínico menosprecio de los más poderosos.

En el año 2002 el ejército de Israel dinamita el edificio que ocupaba el Centro Cultural Jalil Sakanini, orgullo de la cultura palestina, sede de la redacción de Al Karmel y el cual dirigía Mahmud Darwish. Esta operación se hallaba destinada a destruir uno de los símbolos culturales de la identidad palestina: los soldados penetraron en sus ruinas saqueando y llevándose obras de arte, archivos y documentos.

Manuel Jiménez Lucena