El principio. Jardines, tigres y ... libros

El 24 de agosto de 1899 nace en Buenos Aires, a los ocho meses de gestación, Jorge Luis Borges. Su padre, Jorge Guillermo Borges, abogado y profesor de psicología, y su madre, Leonor Acevedo de Borges, cuentan en su ascendencia con militares de renombre como el célebre coronel Isidoro Suárez, que intervino heroicamente en la batalla de Junín, en Perú. Ambos se desenvuelven perfectamente en inglés y Georgie, ese es el apodo familiar, disfrutará de una educación perfectamente bilingüe en la que intervendrá también su abuela paterna, originaria de Northumberland, en Inglaterra, cuya expresión concisa, según el autor, influirá en el desarrollo de su propio estilo literario.

Norah, hermana dos años menor que él, será la principal amiga de Borges en esta primera etapa. Instalados en Palermo, un suburbio en los confines norteños de Buenos Aires, la familia pasa los veranos en la quinta de Adrogué y en la casa del tío Francisco Haedo, en Montevideo. A lo largo del año, Jorge Luis y Norah disfrutan de los dos patios y del jardín de la casa familiar, de esporádicas visitas al Zoo, donde el futuro autor descubre su interés por los tigres, y de la extensa biblioteca del padre, cuyos volúmenes se cuentan por miles, y que, en palabras del autor, se convertirá en "el principal hecho" de su vida. Jorge Guillermo Borges, abogado y profesor de psicología, inicia a su primogénito en el placer de la poesía y de la filosofía, le explica las paradojas de Zenón y le introduce en los rudimentos del idealismo determinando el horizonte intelectual del futuro autor.

Borges, que luego se enorgullecería antes de los libros leídos que de los escritos, pasa gran parte de su niñez "de puertas adentro", leyendo a autores como Wells, Poe, Dickens, Lewis Carrol, Stevenson, Wells, Mark Twain o "Las mil y una noches", poetas como Shelley, Keats, FitzGerald y Swinburne, mitología griega y nórdica, y también libros sobre bandidos argentinos o el Martín Fierro, que ha de leer a escondidas. Desde los cinco años Jorge Luis declara querer ser escritor, vocación que el padre fomenta vivamente, dado que también él se dedica esporádicamente a la escritura. A los siete años escribe en inglés un resumen de la mitología griega, a los ocho su primer cuento, y a los nueve realiza su primera traducción, "El príncipe feliz", de Oscar Wilde, que al ser publicada con la rúbrica Jorge Borges, es atribuida por error al padre, Jorge Guillermo.

Por determinación de este, cercano a los postulados anarquistas de Spencer, Borges no entra en la escuela hasta 1908, ingresando directamente en el cuarto grado. Su extravagante estampa, cuellos altos estilo Eton, más acordes con el uniforme de un colegial inglés que con la vestimenta de un estudiante de un barrio de Buenos Aires, su miopía y su poca destreza en el ejercicio físico llaman la atención de sus compañeros que se burlan de él convirtiendo su primera experiencia escolar en un trago amargo. En 1909 Borges descubre la Pampa, distancia infinita que marcará profundamente su literatura.

Adolescencia en Europa. Viajes, tertulias y, ... referencias

En 1914, la inminente ceguera del padre, que le impide ejercer la abogacía, hace que toda la familia se traslade a Europa, donde por aquel entonces la vida era más barata que en Argentina. Tras unas semanas en París los Borges se trasladan a Ginebra, donde el padre visita a un famoso oculista y donde Jorge Luis realiza lo que posteriormente llamará un "vago bachillerato ginebrino", a lo largo del cual llegará a perfeccionar el francés, a aprender alemán y a iniciarse en el dominio del latín. En Ginebra Jorge Luis se vuelca en la literatura francesa descubriendo a Hugo, Zola, Voltaire, Flaubert, Maupassant, Buadelaire, Rimbaud, e incorporará también a su panteón literario a los escritores anglosajones Carlyle y Chesterton, y al checo Gustav Meyrink. Más crucial que estos es, si cabe, el descubrimiento del filósofo que determinará gran parte de su obra, Arthur Schopenhauer, y del poeta Walt Whitman, al que llegará a admirar profundamente.

La estancia en Suiza se prolonga hasta 1919, año en el que los Borges se trasladan a Mallorca. En Palma y Valldemosa el joven perfecciona su latín y sigue cultivando la poesía y el cuento corto en dos libros que no serán publicados nunca. En invierno del mismo año la familia se instala en Sevilla, donde el primogénito publica su primer poema en la revista "Grecia". Entorno a esta publicación se reúne el grupo vanguardista conocido como los "ultraístas", a cuyo creador, el poeta, narrador y traductor Rafael Cansinos-Assens, Borges conocerá en Madrid y del que siempre se considerará discípulo. El círculo literario que se reúne en el madrileño Café Colonial bajo la tutela intelectual de Cansinos, acoge a Borges y le introduce en los placeres de la conversación y la tertulia literarias.

También conoce en Madrid a Ramón Gómez de la Serna que lidera la tertulia literaria del café Pombo y a Guillermo de Torre, con el que firmará un manifiesto ultraísta y que posteriormente se casará con su hermana Norah. En España Borges escribe un libro de ensayos y otro de poemas dedicados a exaltar la fraternidad de la Revolución Rusa, de los que se publicaron algunos versos a pesar de que Borges, antes del regreso a Argentina, destruye los originales. La estancia en España también servirá al autor argentino para profundizar en la literatura española, leyendo entre otros a Quevedo, Gòngora, Vilarroel, Unamuno y Manuel Machado.


"Fervor de Buenos Aires". Revistas, poemas y ... amistades

El Buenos Aires que Borges encuentra tras siete años de ausencia ha crecido fruto de la prosperidad económica y social. Entre 1921 y 1922 el autor plasma la impresión del reencuentro, las vivas emociones que descubre en sus rincones y atardeceres, en "Fervor de Buenos Aires", su primer libro editado, que aparecerá en 1923. Antes lanza la revista mural ultraísta "Prisma", de la que se llegarán a editar dos números y que le valdrá al grupo que se reunía en casa de las hermanas Lange la posibilidad de publicar una antología ultraísta en la revista literaria "Nosotros". A "Prisma" sigue "Proa", ya con seis páginas, de la que se llegarán a publicar tres números y que vivirá, en 1924, una segunda etapa.

En "Fervor de Buenos Aires" Borges plasma los temas principales de su obra posterior hasta el punto de que llegará a considerar que "toda mi vida he estado reescribiendo ese único libro". La edición de autor, con una tirada de 300 ejemplares y que cuenta con la intervención de Norah en el diseño de la carátula, se distribuye de una manera ciertamente original al rogar el joven escritor a un amigo que trabaja en la redacción de "Nosotros" que vaya colocando copias en los abrigos de las visitas durante su ausencia. Esta táctica servirá para que Borges, a la vuelta de un segundo viaje a Europa en el que la familia visita Londres, París, Palma, Madrid y Lisboa, se encuentre con que su opera prima ha tenido una recepción mayor de la esperada. En Madrid también se encontrará con la grata sorpresa de una reseña entusiasta en "Revista de Occidente".

Uno de los acontecimientos más importantes de esta etapa juvenil es la amistad con Macedonio Fernández que heredará de su padre. Este extravagante personaje que creía que todos vivimos en un mundo de sueños y que no dudaba de que existiese una verdad, sino de que esta fuese comunicable, destaca más en sus tertulias del sábado que en sus extraños escritos. Como extraordinario conversador se convierte, al igual que Cansinos, en maestro del joven escritor siendo su principal legado su indudable carisma que contagiará algunos de sus escritos y el consejo de comenzar a leer con una dosis aumentada de escepticismo. Junto a Macedonio ingresan en el círculo de sus amistades a lo largo de esta etapa Silvina y Victoria Ocampo, Alejandro Xul-Solar, Alfonso Reyes, Pablo Rojas y Ricardo Güiraldes, estos dos últimos compañeros de fatigas en la segunda etapa de "Proa" que durará 15 números.

De 1921 a 1930 Borges escribe y publica siete libros (cuatro de ensayos y tres de verso). En ellos se prueba en diversos estilos y comete la mayor parte de los grandes pecados literarios, algunos bajo el influjo del escritor Leopoldo Lugones. En su segundo libro de poemas "Luna de enfrente" (1925) Borges realiza un despliegue de falso color local y en el tercero, "Cuaderno San Martín" (1929) escribe "La fundación mítica de Buenos Aires" que se convertiría en un pequeño clásico argentino. En 1929 gana con esta última obra el segundo premio Municipal, dotado con tres mil pesos, que le permitirán comprar unos ejemplares usados de la undécima edición de la Encyclopaedia Britannica y darse un año de respiro que dedicará a la producción de un libro sobre un tema enteramente argentino, la vida del poeta popular Evaristo Carriego. En 1927 Borges se ha sometido a la primera de las 8 operaciones oftalmológicoas que intentarán postergar al máximo la ineludible fatalidad de su ceguera.

La madurez. Ensayos y cuentos, ... en los sótanos de la biblioteca

Borges confesará que siempre le atrajo más el cuento que la novela. Los cuentos de Stevenson, Kipling, James, Conrad, Poe, Chesterton, los de "Las mil y una noches" y algunos de Hawthorne se cuentan entre aquellas lecturas a las que declara volver siempre. En 1933 Borges escribe su primer cuento "corto y directo", "Hombre de la esquina rosada", que publica bajo seudónimo en el suplemento semanal del diario "Crítica", que dirige por aquel entonces. En 1933 la revista "Megáfono" dedica la mitad de su segundo número a una "Discusión sobre Borges", en la que colaboran escritores latinoamericanos y españoles. El cuento borgiano nace, según el propio autor, con la serie de bosquejos "Historia universal de la infamia" (1935), anticipados en "Crítica" entre 1933 y 1934, y que antes que cuentos son invenciones y pseudoensayos. En 1936 publica "Historia de la eternidad" otra colección de ensayos que desarrolla algunos temas capitales en su narrativa posterior y, al poco tiempo, redacta "El acercamiento de Almotásim", cuento en el que desarrolla su inventiva, inventando referencias, tradiciones y autores que mezcla con otros reales.

En 1937, después de colaborar en suplementos como Crítica, o "El Hogar", escribiendo textos para noticieros cinematográficos o dirigiendo revistas como "Urbe", Borges entra como primer asistente en la sección de Miguel Cané de la Biblioteca Municipal. Este trabajo que consiste en clasificar y catalogar los fondos de la biblioteca y en el que permanecerá durante 9 años, se convierte por obra de sus compañeros, caterva de personajes soeces y pusilánimes, en una auténtica tortura para el escritor que, por otro lado, dispondrá del suficiente tiempo para escribir y traducir textos de Woolf, Michaux o Faulkner amparado en la oscuridad de los sótanos de la institución. También el largo desplazamiento en tranvía que ha de realizar a diario le servirá para leer textos como la Divina Comedia, o otros de Ariosto y León Bloy, fundamentales para su universo literario.

En 1938 muere su padre. Borges sufre el día de Nochebuena un accidente que tendrá serias consecuencias: al subir por unas escaleras choca con una ventana abierta recién pintada. La herida se infecta, se le opera y finalmente se declara una septicemia que le mantendrá, durante mes y medio, entre la vida y la muerte. Temiendo por las secuelas del percance, Borges escribe, tras la convalecencia, "Pierre Menard, autor del Quijote", cuento al que sigue "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" ambos publicados en la revista "Sur" de Victoria Ocampo, en la que también ha aparecido su traducción del Orlando de Virginia Woolf. El trabajo en el sótano de la Miguel Cané sigue dando sus frutos: "La biblioteca de Babel", "La muerte y la brújula", "La lotería en Babilonia", "Las ruinas circulares" aparecerán publicados en "El jardín de senderos que se bifurcan" (1941). En 1940 ha aparecido "Antología de la literatura fantástica" en colaboración con Silvina Ocampo y Bioy Casares, gran amigo del escritor, con el que participará en numerosos proyectos literarios.

En 1942 ambos colaboran en la publicación de los relatos policiales "Seis problemas para Don Isidro Parodi" bajo el pseudónimo común de Bustos Domecq. Esta colaboración se mantendrá en la producción de varias antologías (Antología poética argentina), traducciones conjuntas, en una colección de novelas policiales y en algunos guiones. De Bioy Borges confiesa haber sido primero maestro para convertirse poco después en discípulo, aprendiendo a sustituir lo patético, sentencioso y barroco de su prosa por algo más de mesura y de quietud. El primer reconocimiento a su obra literaria le llega a Borges en 1945 al concederle la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) el gran Premio de Honor por "Ficciones", publicado el año anterior y que recoge los textos de "El jardín de senderos que se bifurcan".

Condena y gloria. El reto del público

Al tomar el poder Perón en 1946, Borges es destituido de su puesto y promovido a inspector de aves y conejos en los mercados municipales. Este humillante "ascenso", del que el autor se ha hecho acreedor firmando algunos manifiestos antiperonistas en la misma línea crítica con la que antes había atacado en sus artículos el antisemitismo o el nazismo, se salda con su renuncia y con una cena de desagravio que le organiza la SADE. No hay mal que por bien no venga y Borges se ve abocado a una nueva fase que le obligará a hacer frente a uno de sus mayores miedos. El trabajo como profesor de literatura inglesa en la Asociación Argentina de Cultura Inglesa y las conferencias sobre literatura clásica norteamericana que impartirá en el Colegio Libre de Estudios Superiores le empujarán a vencer su terrible timidez y le iniciarán en una nueva experiencia, la de orador y conferenciante, que vivirá intensamente durante las siguientes décadas.

Borges viaja de un lado a otro de Argentina y Uruguay hablando de Swedenborg, los místicos persas y chinos, el budismo, la poesía gauchesca, Martin Buber, la Cábala, "Las mil y una noches", la poesía alemana medieval, las sagas de Islandia, Heine, Dante, el expresionismo. En 1946 ha sido nombrado director de la revista recién fundada "Anales de Buenos Aires" en la que publicará a autores como Julio Cortázar, y ha seguido colaborando con Bioy en la redacción de dos nuevos volúmenes firmados por los pseudónimos B. Suárez Lynch y el ya conocido Bustos Domecq. La tensión política a la que se ve sometido el escritor aumenta al ser condenada su madre a arresto domiciliario y ser encerrada en prisión su hermana Norah, al mismo tiempo que a él se le pone un detective para que le vigile.

La publicación de "El Aleph", en 1949, y la posterior publicación bajo el título de "La muerte y la brújula" de cuentos ya publicados en "Ficciones" y "El Aleph" marcan el comienzo de la popularidad de Borges en Argentina. Esta incipiente fama se ve apoyada también con el nombramiento de Borges como presidente de la SADE, en 1950, cargo que mantendrá hasta su renuncia, en 1953. El mismo año se publica en Francia Labyrinths, con prefacio de Roger Caillois, que se convertirá en uno de los más eficaces promotores internacionales de su obra. Dos años después, con la caída de Perón, Borges cosechará los frutos de su oposición al régimen del dictador al mismo tiempo que se verá obligado a abandonar escritura y lectura.

El nombramiento como Director de la Biblioteca Nacional, que llena de alegría y de orgullo al escritor coincide con su ceguera definitiva y le hace patente "la magnífica ironía de Dios, que a un mismo tiempo me dio ochocientos mil libros y la noche". La ceguera le incita a volver a la poesía y a ayudarse en la memorización con la métrica clásica. Su creciente reputación se consolida con el nombramiento, en 1956, como Profesor de Literatura Inglesa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, con el primer doctorado honoris causa y con la concesión del Premio Nacional de Literatura. La ayuda de su madre, solícita amanuense, se hará imprescindible al escritor. Borges se ha visto obligado a aprender a componer sus textos de memoria para dictarlos luego. En 1960 aparece una recopilación de materiales dispersos, en prosa y verso, que titula "El hacedor" y a la que llegará a considerar como uno de sus libros más personales, tal vez el mejor.

Viajes, premios y homenajes. "La resignación de ser Borges"

La concesión en 1961 del premio Formentor, otorgado por el Congreso Internacional de Editores, y que comparte con Samuel Beckett, le da a su reputación una dimensión internacional que vivirá intensamente hasta la fecha de su muerte. El primer viaje a EE.UU., en el que imparte cursos en la Universidad de Texas, inicia una frenética actividad como conferenciante y docente que, a lo largo de los siguientes veinticinco años se irá alternando con la recepción de numerosos premios, doctorados honoris causa, órdenes y condecoraciones de todo tipo, en un imparable viaje por la geografía mundial que le permitirá conocer, en riguroso peregrinaje literario, muchos de los lugares que ha ido incorporando como referencias obligatorias en su ideario intelectual.

Borges se ha adentrado en los últimos años en los misterios de las sencillas kenningar de los sajones y de las más complicadas de los noruegos, metáforas en una primitiva forma poética que le fascinarán y a las que hará múltiples concesiones tanto en su obra poética como en su prosa. En 1963 y 1964 visita Europa por dos veces consecutivas, asiste en Berlín al Congreso Internacional de Escritores y pronuncia una conferencia en París en el homenaje que la UNESCO dedica a Shakespeare. Viaja también por Latinoamérica y en 1967 vuelve a EE.UU. para ocupar una cátedra de poesía en Harvard. Ese mismo año aparece "Crónicas de Bustos Domecq" en colaboración con Bioy Casares y Borges se casa con Elsa Astete Millán de la que se divorciará tres años más tarde.

Resulta harto complejo el resumir todos los viajes, homenajes y premios que Borges recibe a lo largo de las últimas décadas de su vida. La actividad desproporcionada que desarrolla no le impide seguir publicando libros de tan profundo calado como "El libro de los seres imaginarios" (1968), "Elogio de la sombra" (1969) o "El informe de Brodie" (1970). Al menguarle las fuerzas a su madre toma como secretario y agente literario a Norman Thomas di Giovanni con el que redacta "Un ensayo autobiográfico". Islandia, Escocia, EE.UU., Israel son algunas de las etapas que quemará en los siguientes años, recibiendo entre otros muchos reconocimientos y premios un honoris causa en Oxford, otro en la Sorbona y en Harvard o la gran cruz de Alfonso el Sabio.

En 1975 muere Doña Leonor Acevedo Borges a los 99 años y a partir de este momento Borges realizará sus viajes en compañía de María Kodama, que había asistido a sus lecturas y que le asistirá como secretaria y acompañante hasta el final de sus días. Este mismo años se publican "El libro de arena", "La rosa profunda" y "Prólogos". El vértigo de viajes y homenajes sigue llevando al escritor de un lado al otro del planeta aunque no pierda el contacto con la realidad política de su país, en el que publica en 1980 y 1983 sendas declaraciones a favor de los desaparecidos y de la vigencia del Estado de Derecho.

A pesar de estas tomas de posición y de su talante crítico aunque conservador, la aceptación de la Orden Bernardo O'Higgins del gobierno de la dictadura chilena y de un doctorado honoris causa de la universidad en 1976 le separan del premio literario por excelencia, el Premio Nobel, que le será negado siempre. En 1986, un año después de publicar su última obra poética "Los conjurados", Borges se casa con María Kodama por poder en Paraguay y ambos se instalan en Ginebra donde el escritor morirá el 14 de junio víctima de un cáncer hepático. Obedeciendo su última voluntad sus restos yacen en el cementerio de Plainpalais.