Dylan Thomas, bohemio y borracho irredento

De Dylan Thomas bien puede decirse que su precocidad fue directamente proporcional a su prematura muerte. Bohemio y borracho irredento, alcanzó la genialidad a través del caos, dejando tras de si una obra en la que se registran las resonancias más diversas: desde los metafísicos del siglo XVIII hasta los surrealistas. En palabras de William York Tindall, se valió de Freud para dar "una nueva dimensión a la "Biblia".

El hombre que habría de inspirar su nombre artístico a Bob Dylan nació en Swansea (Gales) el 27 de octubre de 1927. Fue su padre un profesor de la misma escuela en la que el futuro poeta se formaría, si bien la piedra angular de su obra sería la tradición celta. Apenas contaba doce años cuando causan sensación sus primeros versos, pero su primer libro -"18 poemas"- no aparece hasta 1934. A diferencia del resto de los poetas de su tiempo, preocupados por las cuestiones sociales, los versos de Thomas llaman la atención de la crítica por cuanto de mágico y oscuro hay en ellos A la sazón, el joven escritor ya es un veterano reportero del "South Wales Evening Post".

Una referencia obligada

En 1936, el mismo año que contrae matrimonio con Gaitlin MacNamara y aparece su segundo libro -"Veinticinco poemas"-, Thomas es una referencia obligada en la nueva poesía inglesa. Esto no le salva de una precaria situación económica. Ya borracho empedernido, encuentra la lucidez en el alcohol. El licor sería su camino hasta la tumba. Tan buen rapsoda como poeta -todos sus biógrafos señalan que para él la comunicación poética debía de ser oralidad-, en 1939 da a la estampa "El mundo que respiro" y "Mapa de amor". Declarado no apto para el servicio cuando estalla la guerra, el escritor demuestra ser un excelente guionista y comentarista radiofónico. Tanto es así que no tardará en comenzar a escribir los comentarios de algunos
documentales cinematográficos.

La que para muchos es su obra maestra -"Defunciones y nacimientos"- aparece en 1946. Finalizada la guerra, viaja en varias ocasiones a Estados Unidos, donde su prestigio es tan grande como en Italia y escribe un guión cinematográfico -"El doctor y los demonios" (1953)- que nunca se llega a realizar. En uno de sus viajes a la otra orilla del Atlántico, cuando se dispone a redactar el libreto de una ópera de Igor Stravinski, sufre un hemorragia cerebral a consecuencia de su alcoholismo y fallece el 9 de noviembre de 1953.

Estrecheces económicas

Son por lo tanto póstumas publicaciones como "El bosque lácteo" (1954), drama que concibe para una emisión radiofónica, la novela incompleta "Adventures in the Skin-Trade" (1955) y las compilaciones de ensayos, narraciones y textos radiofónicos reunidos bajo los títulos "Quite Early One Morning" (1954) y "A prospect of the Sea" (1955). Once años después aparece una selección de su correspondencia, en la que se da fe de cómo toda su vida fue un continuo debate contra las estrecheces económicas. A la sazón, la crítica especializada ya ve en Thomas a un poeta cuya influencia en la lírica inglesa del pasado siglo sólo es comparable a la de Auden.

Javier Memba