'Sin remedio'

El autor dice que lo mejor de la obra es un poema que los lectores siempre se saltan.

Sentado en el famoso Café Gijón (ícono de la tertulia literaria madrileña) y, tras el saludo de rigor con algún conocido, el periodista y escritor Antonio Caballero no disimula su satisfacción por la vigencia que tiene su única novela: Sin remedio. Así ve Caballero su obra, a casi dos décadas de su publicación.

¿Qué inspiró Sin remedio?

Me inspiré en muchas cosas, fundamentalmente, en la vida de la Colombia de esos años.

Dicen que es una aguda crítica a la vieja oligarquía santafereña, a través de uno de sus retoños. ¿Es así?

Ese es el aspecto más superficial de la novela. Es, simplemente, el paisaje. No quise decir eso.

¿Qué quería decir?

Quería escribir una novela sobre lo difícil que es escribir poesía.

¿Por qué es tan difícil ser poeta?

Porque ser poeta consiste básicamente en no decir mentiras. Y nos pasamos diciéndolas. No mentir es lo más difícil que hay. Sin remedio es, entre otras cosas, una novela sobre las mentiras, sobre el peligro de decir mentiras y la dificultad de no decirlas.

¿Qué es lo mejor de Sin remedio?

El largo poema que la mayor parte de los lectores se saltan y que es el objetivo de haberla escrito.

¿Es cierto que Escobar, el personaje central, es el poeta que a usted le gustaría ser?

No, porque a mí no me gustaría ser un poeta. Pretendo ser un escritor. No creo tener esa capacidad de condensación de la realidad que tienen los poetas.

María Mercedes Carranza dijo que sus versos eran "textos llenos de riesgo que podrían esconder un gran poeta". ¿Qué piensa de eso?

Me parece un gran elogio, pero equivocado.

¿Cómo valora a su novela hoy?

No le he vuelto a leer. Sin embargo, es una novela que se sigue leyendo, que se sigue vendiendo y me asombra mucho que me la comenten tan a menudo los jóvenes. Me refiero a la gente que tiene entre 20 y 25 años. Me satisface que 20 años después la novela tenga vigencia.

¿A qué atribuye esa vigencia?

A que es una novela sobre la vida real.

¿La vieja oligarquía santafereña sigue sin remedio?

No es la vieja oligarquía santafereña la que sigue sin remedio. Es Colombia como tal, la estructura de clases, la estructura económica del país la que no tiene remedio. O eso cambia o no nos acabaremos matando los unos a los otros, como venimos haciéndolo hace tantos años, pero matándonos hasta que no quede nadie. Pero este no es un problema de oligarquía. En Sin remedio no solo figura la vieja oligarquía santafereña, sino también la nueva, los narcos, los militares enriquecidos, en fin, todo lo que en esos años empezaba a configurarse. Y tal vez por eso a los jóvenes les interesa tanto, porque de alguna manera muestra lo que se venía.

¿Ha pensado en escribir otra novela?

No lo sé. Llevo algunos años escribiendo unos cuentos. Soy muy lento para escribir literatura. Sin remedio me tomó 12 años y en estos cuentos llevo 10 y no sé cuándo los terminaré.

¿Con qué frase resumiría Sin remedio?

Si pudiera resumir la novela en una frase no habría escrito 400 páginas.

El Tiempo Julio 24 de 2003 / Víctor Manuel Vargas