Poeta de nuestro tiempo

En materia de poesía, criticar a "los maestros del pasado" y descubrirles los defectos es más fácil (y menos arriesgado) que reconocer a los maestros del presente y reconocer sus méritos; al poeta verdaderamente nuevo y contemporáneo, (en el absoluto sentido de la palabra) resulta raro y difícil identificarle, en cuanto que su obra no permanece en el estatismo, sino que por el contrario, desde su creación entra en un juego de continuidades, por un lado de reescrituras, con otras palabras, a los mismo poemas que ya han pasado por innovadores y, por otro lado, imaginar que la gran poesía resulta por un golpe de suerte como en un juego de dados (esa es la fuente de la deslectura famosa que llevó a los concretistas brasileros a tomar un poema de Mallarmé como recetario alquímico de toda poesía)

En el caso de Affonso Romano de Sant'Anna, sin embargo, (Qué país es este? Y Otros Poemas. Rio: Civilización Brasildra, 1980), no puede existir ninguna duda: él es, no sólo un poeta de nuestro tiempo, que nos involucra en sus reflexiones, exaltaciones y perpejidades, en las incertidumbres que de manera sucesiva se desenvuelven las certezas; él es también el gran poeta brasilero que oscuramente esperábamos para la sucesión de Carlos Drumond de Andrade.

Lo sagrado de su extraordinaria cualidad como poeta está, en que él es, antes que nada, un intelectual de alta categoría, sin ninguna de las ingenuidades mentales que mantienen las producciones corrientes en el nivel rastrero de las pequeñas emociones domésticas, en las dimensiones microscópicas de la autobiografía insignificante. Affonso Romano de Sant'Anna como importante variación de un postulado célebre, no es el hombre para quien el mundo exterior existe: es un hombre para quien el mundo existe y a su vez se siente existir en el mundo, es un hombre en quien Brasil adolece; para recordar la extraordinaria declaración de Unamuno: "Me duele España". Eso corresponde, en el plano del destino y de la condición humana (infinitamente por encima de las ironías fáciles y conjeturas ligeras) al verso de Bilac:

"Patria, vibro en ti..." lo que significa, eco y desdoblamiento espiritual de lo que podemos leer en "El Cazador de Esmeraldas" " Ah, quien te viera así, en el amanecer de la vida, / Patria Bruta, en el orígen, entre las selvas dormidas, / En el virginal pudor de las primitivas eras (...)". El brasil duele, en muchos de nosotros y en Affonso Romano de Sant'Anna, en la medida en que no corresponde a las promesas implícitas en su história, en su realidad profunda, en la medida que parece burlar la visión mística de los navegantes que, "alzando la punta del manto" regresan, a la rivera del agua, para abrirse al Paraíso".

Todo eso sólo puede parecer ingénuo e idealizante para los que, justamente, no sienten doler al Brasil, para los que se disuelven en la pasta deforme de las teorías y de los mandamientos prévios, para los que se pretenden liberados de la idea de Pátria en el momento mismo en que, contradictoriamente, la reinvindican y pretenden monopolizar. Pero claro, el "país" de Affonso Romano de Sant'Anna es quien concede el espacio que se debe a las alusiones irónicas, no es la patria del poeta parnasiano, sin dejar tampoco de serlo: la diferencia de vocabulario revela las imposiciones y establecimientos en los tiempos históricos diferentes en que uno y otro vivieron y pensaron. Con todo, no hay mal entendido posíble ni ambigüedad ninguna en el poema " Como amo mi pais" con el que da título al volumen, con uno y otro traza las perspectivas en que debemos leer toda la obra, y en particular el pasaje: " Percibo que no soy un poeta brasilero..." La verdad, en toda su obra, desde Canto y Palabra (1965), él es más brasilero que todos nosotros poetas de estos últimos 30 años, aquel en cuya obra el Brasil es una realidad mítica actuante y latente, cuyo sentido él procura interpretar. El mito, propone Karl D. Uitti en páginas conocidas, no es ingrediente de la poesía, o cualquier cosa, como un referencia pintoresca y exterior con que simular profundidad de concepción: la poesía como tal, es en sí misma el mito, es una forma peculiar de visión, es ella la propia creación de un mito específico.

La obra de Affonso Romano de Sant'Anna es gran poesía por ser literatura, por ser una creación intelectual (no cerebral), que se origina en la "ansiedad de la influencia " de la que habla Harold Bloom, esto sucede en la memoria permanente y, en cada momento, en el ahora, de toda poesía ya escrita (Poesìa sobre poesía,1975) y, al mismo tiempo sabiendo usar la poesía del pasado como instrumento y provocaciòn estimulante para exprimir emociones que jamás fueron expresadas antes de este poeta; porque son las emociones de una sensibilidad de brasilero de nuestros nuestros días. (como se ha dicho en los últimos 30 años). Ahora, uno de los elementos estructurales de esa sensibilidad es la consciencia de la Patria , como una realidad que no es sólo continental, es también ancestral y anacrónico ( La gran voz del indio Guaraní perdido en la historia y otras derrotas, 1978 ); ahora, los mitos políticos se superponen a las realidades históricas y concurren para destruirlas y conformarlas al mismo tiempo, siendo apenas la fase primordial de los mitos literarios representados por las vanguardias y destinados, de manera evidente a la rápida desvalorización. Affonso Romano de Sant'Anna ya vivió y escribió suficientemente para desengañarse de las vanguardias literarias futuras. Él conserva la ternura en un canto del corazón para los mitos políticos continentales y escatológicos (en la acepciòn antropológica e histórica del tèrmino) que condicionaron el pensamiento de nuestros coevos: ser brasilero es menos que ser latinoamericano, ser civilizado es menos que ser salvaje o primitivo, la visión del Paraíso es simultaneamente proyectada para el pasado, en la nostalgia de un regreso histórico imposible ( visión romántica que condiciona todo ese proceso mental) y para el futuro, que no debe darse como un simple discurrir del tiempo, mas bien, como un objeto plástico que podemos moldear con las manos o con las fantasías. La figura legendaria de " revolucionario latino - americano" (cuya personalidad y comportamiento fueron fijados en " la Europa de los antiguos fuertes amurrallados" ) es la del caballero andante, recorriendo continentes y regiones remotas en la noble empresa de combatir a los dragones de la maldad, deshacer las injusticias y partiendo siempre hacia la bùsqueda incesante de nuevas proezas en territórios hostiles: el "poema del Mio Cid " transtextualizarse como "Poema del Mio Che" (Poesía sobre Poesía), de la misma manera en que se concibió el poema del infierno nova - iorquino en que Sousa Andrade malogró ("Empire State Building), Affonso Romano de Sant'Anna asimila a Jesus Cristo en lo alto de la montaña, expuesto a las tentaciones diabólicas del mundo, pero sabiendo resistirse. En el brillante estudio ("The Questing Knight), Eugéne Vinaver demostró que los caballeros andantes, al contrario de lo que se piensa, pasaron de la literatura a la vida, en un desenvolvimiento exactamente simétrico al que presenciamos en nuestros días (cf. The Binding of Proteus. Perspectives on myth and the literary process. Volumens colectivo organizado por Marjorie W. McCune y otros, 1980) Del mismo modo, la literatura propone sus mitos a la realidad, y grandes poetas como Affonso Romano de Sant'Anna reelabora la cruda realidad que es transitoria y fugaz, en los textos permanentes de la literatura que sobrevive a la ciudad y a los días.

En Jornal do Brasil, Caderno B. Abril10,1980)/Wilson Martins