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 Presidente Betancur fue un espectador de la toma del Palacio de Justicia, dice Comisión de la Verdad  ¡A defenderse, maestro! El testigo perdido El testigo del holocausto  Desaparecidos dal Palazzo di Giustizia             Familiares de los desaparecidos piden que se juzgue a los generales de la retoma Mentiras y videos Los Jinetes de la Cocaína | Belisario Betancur es una vergüenza para Colombia  
 " Lo que el presidente poeta, Belisario Betancur, dijo en el consejo  de ministros del 7 de noviembre permite ver la magnitud de la tragedia  colombiana: “La más grande  enfermedad del género humano que es el terrorismo ha recibido un tratamiento  ejemplar. La autocrítica es muy importante pero difícil pues uno siempre se ve  bien cuando se mira.  Es difícil  reconocer los errores. A veces es necesario poner los ojos muy arriba, como el  poema de Carranza ‘Oigo voces desde las alturas’” (p. 187). ¿Quién  le hablaría al oído a Belisario en las horas cruciales de la toma?... Su sensibilidad de poeta lo  lleva a citar a Carranza, pero a olvidar la voz angustiada de Alfonso Reyes  Echandía pidiéndole unos segundos de atención. Dice estar orgulloso de haber  derrotado a la mayor enfermedad del género humano, pero olvida que acababa de  ser destruida, bajo su mando, la Corte Suprema de Justicia y con ella la justicia  colombiana. Es la poesía al servicio del olvido y de la gloria banal. Ante el  incendio del Palacio, visible desde la   Casa de Nariño, ¿qué sintió   el presidente poeta?  Quizás tuvo  la certeza de estar a salvo. No tuvo, en cambio, ni un momento para pensar en  el país que les dejaba a sus pobres compatriotas. Otro mandatario poeta, Nerón,  al menos lloraba ante Roma en llamas, mientras tocaba lánguidamente el arpa.  "
 
 Boris Salazar,  sobre “El fuego y la memoria” de Gustavo Petro y Maurrén Maya.
 Veintiún años después del Holocausto del Palacio de Justicia-, al conocer las conclusiones preliminares a que ha llegado la Comisión de la Verdad, Belisario Betancur, ha expedido una declaración insolente y chapucera donde sostiene que ya fue absuelto en dos ocasiones, olvidando cinicamente lo que declaró, bajo la gravedad del juramento, el 2 de Marzo de 1987, al juez Alfonso Triana Rincón, sobre la suerte de Ana Rosa Castiblanco, Carlos Augusto Rodríguez, Bernardo Beltrán, Gloria Anzola, Pilar Guarín, David Celis, Gloria Lisarazo, Amparo Oviedo, Luz Portela, Norma Esguerra, Héctor Beltrán e Irma Franco, los inocentes que fueron torturados y asesinados por la fuerza pública, luego de haber sido sacados con vida del Palacio.  "No solamente supe, dijo en esa ocasión BB, que los empleados de la cafetería habían sido desaparecidos sino que había numerosos mas y por eso dispuse a través del ministro de justicia las investigaciones pertinentes.."               El 6 de Noviembre de 1985 treinta y cinco  integrantes de la guerrilla M-19, secuestraron a más de medio millar de  ciudadanos, entre ellos un buen numero de altos magistrados, magistrados  auxiliares y auxiliares judiciales. Todos los jueces fueron asesinados junto a  otros cien inocentes, de los cuales 11 están aun desaparecidos. “Lo cierto –dice el informe- es  que la gran mayoría de los cuerpos se encontraron desmembrados, mutilados,  calcinados y por lo menos tres de los Magistrados: los doctores Alfonso Reyes  Echandía, Ricardo Medina Moyano y José Eduardo Gnecco Correa mostraron en sus  restos mortales proyectiles de armas que no usó la guerrilla”El informe sostiene que Belisario Betancur, jefe  de las fuerzas armadas y presidente de Colombia, se negó a hablar con el Presidente de la Corte aduciendo que era un  rehén; desoyendo las suplicas de los propios magistrados y de numerosos  personajes de la política y el pueblo mismo, quienes pedían les salvara la  vida. “Se dio –sostiene  el informe- un vacío de poder porque el  Presidente, simplemente, fue un espectador del desarrollo de los  acontecimientos”.
 Es hora pues de que digamos basta a las  presunciones de inocencia de Belisario Betancur.
 
 Porque Belisario Betancur, quien pretende  ser un hombre sabio, no es otra cosa que el representante de la más vergonzosa  de las especies de colombiano alguno. Un politiquero con un apetito insaciable  por el poder y la riqueza.  A pesar de  que sólo llegó a la presidencia de la republica   en 1982, luego de varios intentos frustrados, obrados por la  desconfianza que despertaba entre los gamonales de su partido, Betancur ha  vendido, por más de sesenta años, la imagen de mecenas de artistas y poetas.  
 Nacido en el seno de una familia de gentes  humildes pero cerrilmente de derechas, en una afligida vereda de la no menos  triste Amagá, gracias a una beca pudo estudiar el bachillerato en el Seminario de Yarumal y hacerse Doctor en Derecho en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Tan útil sería a su partido, el conservador, que a los  22 años ya era Diputado a la   Asamblea de Antioquia, a los 27 representante a la Cámara y a los 30 miembro  de la Asamblea   Constituyente que proclamó como presidente constitucional a  Laureano Gómez, estrenándose, a los 40, con la llamada Masacre de Santa  Bárbara, como ministro de trabajo del gobierno de Guillermo León Valencia, otro  de los más horrendos y sangrientos que conozca la historia de Colombia.  Luego iniciaría su conquista de la riqueza  en este mundo al crear ANIF, la Asociación   Nacional de Instituciones Financieras y ocupar la embajada de  Colombia en España y la representación diplomática en los países árabes. Periodista y director de diarios  reaccionarios como La Defensa  y El siglo, ¿poeta?  y narrador, desde su  temprana juventud supo sacar partido a esas artes creando empresas lucrativas  como la Editorial Tercer  Mundo y otras afines, alcanzado lugares de privilegio en las juntas de dirección  de empresas culturales como la Academia   Colombiana de la   Lengua, la Academia   Colombiana de Historia, la Academia Colombiana  de Jurisprudencia, la   Comisión del V Centenario del Descubrimiento de América, la Fundación Santillana  para Iberoamerica, el Club de Roma, la Academia Pontificia  de Ciencias Sociales del Vaticano, el Círculo de Montevideo, el Club de Madrid,  el Festival de Arte de Cali, el Festival de Poesía de Medellín, la Tertulia de Gloria Luz, el  Festival de Teatro de Bogotá, la   Casa de Poesía Silva, el Instituto Caro y Cuervo, la Sub-dirección de  Cultura del Banco de la   Republica, el Suplemento Babelia de El País de Madrid, la Casa de América de España, el  Festival de Música Religiosa de Popayán, el Hay Festival de Cartagena, el  Premio Nóbel de Gabriel García Márquez, la Feria del Libro de Bogotá, las revistas Golpe de  Dados, Casa Silva, Pie de Página, Boletín Bibliográfico, las editoriales  Santillana, Richmond, Alfaguara, Taurus y Aguilar, con sus respectivos premios  anuales, y el año que entra, el IV Congreso de la Lengua Española en Cartagena.
 
 Vínculos y tentáculos que en últimas sirven  en exclusivo para el ejercicio de su poder y de maquillaje a sus vergüenzas y  ejecutorias políticas, al tiempo que se lucra, jugosamente, con los dineros  públicos y privados al controlar con férrea mano las actividades de los  Ministerios de Cultura, Educación, Relaciones Exteriores e Institutos de  Cultura de los Distritos de Bogotá, Medellín, Cartagena, etc., dedicados a  financiar eventos que organizan personajes y empresarios vinculados, a través  de lazos comerciales y políticos con los grandes consorcios multinacionales como  Jesús de Polanco, presidente del grupo mediático español Prisa; Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto y heredera del banquero Emilio Botín, principal accionista  del Banco Santander Central Hispano,  pilar del grupo financiero más grande de España y segundo mayor de Europa;  Manuel Pizarro, presidente del Grupo  Endesa, multinacional española de la energía eléctrica que el año pasado  tuvo ingresos por mas de  20.000 millones  de dólares; Francisco Pinto Balsemao, fundador del Grupo Impresa, el más grande de medios en Portugal, con ventas  superiores a 400 millones de dólares; Guillermo de la Dehesa, directivo y asesor  de empresas como Aviva, la quinta  aseguradora más grande del mundo, Unión  Fenosa y Goldman Sachs Europa; Carlos  Slim Elú, el hombre más rico de América Latina y el número 17 del mundo, dueño  de Telmex y América Móvil, con una fortuna que la revista Forbes ha calculado  en casi 14.000 millones de dólares o Gustavo Cisneros, dueño del emporio  venezolano de medios de comunicación de su mismo nombre, que agrupa empresas  como Univisión y Direct TV en América Latina. Sin contar  las fortunas y prestigios de intelectuales como García Márquez o Carlos  Fuentes, dos de sus íntimos amigos.
 Labores todas estas a favor su patrimonio y el  gran capital, por las cuales ha recibido premios y condecoraciones como el Príncipe de Asturias,  Gabarrón,  la Gran Cruz  de Isabel La Católica,  la Orden de  Carlos III, Águila Azteca, la   Legión de Honor y otras de varios países latinoamericanos.
  
 Sin olvidar que durante esos años de ires y  venires entre Casa Verde y una Casa de Nariño con poetas, sopranos, pianistas,  pintores, aguardiente y lagartos, ocurrieron otros hechos terribles y dolorosos  como el Terremoto de Popayán, con mas de cien muertos y la destrucción del  centro histórico de la capital del antiguo Estado del Cauca; la catástrofe  donde una avalancha de hielo provocada por el volcán Arenas convirtió la  población de Armero en una inmensa playa de lodo donde quedaron sepultadas  25.000 personas; el asesinato del ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, o aquel  avión que se estrelló en Mejorada del Campo y donde murieron escritores como  Marta Traba, Ángel Rama, Jorge Ibargüengoitia, Manuel Scorza o la actriz Fanny  Cano, que venían a Bogotá a participar en un Encuentro de la Cultura Hispanoamericana.
 Belisario Betancur es una vergüenza para  Colombia. ®Harold Alvarado Tenorio |