Carmen Rueda

Venus Itaca

Yo soy esa mujer que ha cerrado su vida
como un libro.
Quizás mi voz os choque más que la de un fantasma
si me habíais contemplado a través de los ritos
que obligan a vivir:
En ellos aparezco como un cuerpo amarrado de voluntad
que sigue gestando sus latidos
sin haber comprendido el parto de su alma.
Pero aún queda de mí algo más que el trasiego
autómata del ojo del faro en el hastío.
La ley de mi silencio no viaja con la inerciay hoy la rompo
sólo para deciros que sigo siendo humana.
Que no he olvidado nunca la escarcha de la risa ni el color que abre al celo los páramos de abril y que aun surgen violetas al roce de su nombre
en los desfiladeros amantes de mi entraña.
Insisto,
yo soy esa mujer sinceramente viva
que no espero a morir para entrar a ser parte
de sus propios recuerdos.
Y aún es el día de hoy que siento el sacrificio
de todos los instantes entregados en duelo
a su memoria
junto a la flor reseca índice de mis páginas.
Podéis seguir pensando que sólo hay un dilema:
renovarse o morir. Podéis seguir muriendo
mientras yo sigo estando
sinceramente viva.

Ayer acompañé

Ayer acompañé
por un instante
la huida replegada de la niebla
al final de la tarde, cuesta arriba.
Desde la obligación
que con los años
nos guardan las ventanas;
desde la soledad
en que se yerguen
los altos edificios de la vida;
la leve carretera
de la colina enfrente
ofreció a mi memoria sus escamas
de alquitrán acerado, como la inerte muda
que nos deja
a su paso
el taimado reptil
de la nostalgia
después de devorarnos, siempre vivas,
las horas del presente.

Como añoro

Como añoro por horas,
por meses, por decenios...
como añoro, por ti,
la edad en que fui roca,
fuente, polvo de tierra
herida, raíz atemperada
de olmo ancestro
o conspiración núbil de amapolas.
Cuando mi pelo largo de hierba simulaba
un jinete de viento en la llanura
o la trémula onda que difunde
una canción de amor
hecha caricia.
Si alguna vez fui un átomo de todas estas cosas...
Si alguna vez fui algo que tú amas.


Carmen Rueda (Gijón, 1970), licenciada en medicina, recibió en 1999 el Premio Nacional de Poesía Luís Rosales.

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