Jorge de Sena
por Rodolfo Alonso

Nacido en Lisboa el 2 de Noviembre de 1919, Jorge Cândido de Sena se siente influido por la tradición familiar y a los diecisiete años se alista en la Marina de Guerra, de la cual iba a verse excluido dos años después. Es la primera consecuencia de un inconformismo que lo acompañará toda su vida, y que va a canalizarse desde entonces en su fecunda labor de intelectual y de escritor. Que recién en 1942 toma la forma de su primer libro: Perseguição. Curioso, inquieto, independiente, comienza escribiendo sobre Camoens (una de las obsesiones de su vida), Shakespeare, Wordsworth, Rimbaud, Keats y Pessoa. Al mismo tiempo que amplía sus intereses a otras artes, la música, el teatro, el cine, la pintura, la arquitectura, y a la traducción. Jorge de Sena, que entendía la cultura como «libre discusión y esclarecimiento y conquista personal de la libertad de reflexión y expresión», no tardó en incomodar al salazarismo, que lo obligó a abandonar Portugal en 1959.

Este humanista crítico, que se decía marxista, nunca dejó de inclinarse sobre el mundo de lo real con exigencia ética y estética. En consecuencia, la poesía fue para él no sólo «dominio, disciplina, orientación ejercidas sobre el espíritu a todas horas, como una preparación constante, implacable, humilde y atenta de aquel momento en que el poema aparece» sino, también, quizás principalmente, un «deseo de expresar lo que entiendo es la dignidad humana: una fidelidad integral a la responsabilidad de estar en el mundo». Concepción, pues, de la poesía como «testimonio-lenguaje», que se opone radicalmente al engaño y a la simulación porque es

«un trabajo, a un tiempo solitario y solidario, de investigación sobre el mundo y el lenguaje y por eso (...) un acto de conocimiento transformador del propio mundo».

Exiliado en Brasil, encara una activa vida universitaria. Allí escribe también parte significativa de su ficción (cuentos, relato y la novela Sinais de Fogo) y de sus mayores obras poéticas, además de importantes ensayos. A partir de 1965, un año después de doctorarse, se radica en Estados Unidos, donde iba a fallecer, en Santa Bárbara, el 4 de Junio de 1978, dejando mucha obra inédita, que iría siendo dada a conocer póstumamente por su viuda.
De esta vida que supo ser fiel a la pasión de la poesía y a la conciencia civil, nos quedan muchos gestos que revelan su calibre. Pero quizá ninguno como aquel que lo convierte en uno de los primeros interesados en dar a luz una obra clave de Fernando Pessoa. En 1960, Jorge de Sena, que entonces era profesor en el Brasil, inicia una larga y complicada negocación con la editorial Ática, encaminada a la publicación del Livro do desassossego, cuyos originales se encontraban en poder del coronel Caetano Dias, cuñado del poeta. (Puedo dar fe de la escasa disponibilidad que entonces demostraba este heredero. También en 1960 Aldo Pellegrini me encargó la que sería la primera traducción de Pessoa en América Latina, y pude asistir a las muy difíciles negociaciones para obtener los derechos.) Inmediatamente Maria Aliete Galhoz se dedicó en Lisboa a compilar, descifrar y organizar los materiales, cuyo primer envío es recibido por Sena en Febrero de 1962, firmando contrato con la editorial y disponiéndose a preparar el original, junto con una larga introducción suya. Ante la magnitud de la labor implícita, el contrato fue ampliado a su pedido hasta Junio de 1965. Pero habiendo sido advertido por otro de los editores, Georg Rudolf Lind, de que «se habían encontrado más de 100 hojas manuscritas con la señal L. de D.», Sena requirió de inmediato que se los enviaran. Ya trasladado a Wisconsin, recibió parte de esos manuscritos pero, después de una serie de complicaciones, en otra muestra de su integridad intelectual Jorge de Sena desistió en 1969 de continuar trabajando en el Libro del desasosiego, cuya dimensión había vislumbrado de los primeros pero cuyo futuro fue puesto en otras manos


Jorge de Sena (Lisboa, 1919-1978) es el escritor más significativo de la literatura portuguesa en la segunda mitad del siglo XX. Autor de una obra extensa y poliédrica, pues no hubo género ajeno a ella, fue capaz de deslumbrar en cada una de sus vertientes. Renovó la narrativa portuguesa con su novela Sinais de fogo, fijó la base estructural de la crítica literaria en su país con Dialécticas Teóricas da Literatura y sus aportaciones a la historia de la cultura resultaron decisivas para una comprensión científica de la importancia de autores como Camôes o Pessoa. Y aún le quedó tiempo y humor para burlarse de cuanto le parecía fatuo y ridículo dentro del mundo de las letras en los dos volúmenes de O Reino da Estupidez. Pese al acierto y relieve de toda su obra narrativa, ensayística y teatral, Jorge de Sena fue, sobre todo, un extraordinario poeta. Sus poemas fueron traducidos por Rodolfo Alonso.

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