Kostas Uranis

Mujeres y paisajes

Mujeres que he visto
en un tren al momento de partir;
mujeres tomadas de la mano
riendo, felices;
mujeres desde los balcones
mirando hacia el olvido y el vacío,
o sobre un barco que partía
diciendo un adiós con los pañuelos:
si supierais con cuanta nostalgia os recuerdo
en esos atardeceres lluviosos y fríos
y os vuelvo a traer en mi memoria,
mujeres que pasabais por momentos
en mi vida, y ahora, en otros países
guardáis mi alma.

Nostalgias

Soy como esos viejos marinos
de arrugados y duros rostros que he visto en Holanda,
viviendo en los faros de los puertos,
mirando, sentados y mudos, los barcos que se alejan.
Sus ojos, que vieron huracanes y naufragios,
los siguen con profunda nostalgia y deseo,
cuando levan sus anclas pesadas y rechinantes
y pasan, tranquilos e inmensos, ante los faros.
Silenciosos se alejan en el inmenso mar
perdiéndose y dejando en la tarde púrpura
un humo que cruza el cielo hasta desaparecer.
Pero los viejos marinos, inmóviles en los faros,
con su pipa apagada en la boca
no dejan de mirar los barcos que se alejan…

Don Quijote

Terco y severo en su flaco caballo
va el héroe de Cervantes. Tras él
en su estoico burro va su gordo criado
siguiendo sus pasos.
Hace siglos que camina con sus labios solemnes
y sus ojos extáticos, lanza en mano
buscando los reinos azules de la gran quimera…
Cuando pasa por los anchos caminos de la tierra
quienes lo ven lo toman por loco
y con un dedo le señalan, riendo.
Oh poeta, cuando pasas la gente del común ríe.
Deja que rían: los Quijotes van delante,
los Sanchos les siguen.

La muerta viva

No has muerto. Tu aroma todavía
circula por mi cuarto.
Sobre el sofá, inconcluso, está tu bordado
y la partitura que tocabas sigue sobre el piano.
En la mesa tu retrato
mirándome como siempre
y eres tu quien entreabre la puerta, no el viento.
No has muerto. Estás en todas partes:
en las doradas nubes de la tarde
cuando las hojas caen y suspira el aire.
De noche, cuando duermo, te siento a mi lado.
No has muerto, no importa que el tiempo pase:
sólo con el olvido mueren los muertos.


Kostas Uranis (Constantinopla, 1890-1953), se casó con una rica mujer desde joven y llevó una vida diletante y frívola, viajando a través de los mares de este mundo. Mucha de su poesía está escrita en metros y rimas. Traducciones de Rigas Kappatos y Harold Alvarado Tenorio.

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