Giovanni Quessep

Diamante

Si pudiera yo darte
La luz que no se ve
En un azul profundo
De peces. Si pudiera
Darte una manzana
Sin el edén perdido,
Un girasol sin pétalos
Ni brújula de luz
que se elevara, ebrio,
al cielo de la tarde;
y esta pagina en blanco
que pudieras leer
como se lee el más claro
jeroglífico. Si
pudiera darte, como
se canta en bellos versos,
unas alas sin pájaro,
siempre un vuelo sin alas,
mi escritura sería,
quizá como el diamante,
piedra de luz sin llama,
paraíso perpetuo.

Cantico de las dos rosas

No digas nada, escucha a las estrellas.
tal vez te digan algo
de la rosa que hay en tu jardín
y la rosa del tiempo,
- la que está viva o muerta –
en la arena que arde.
la rosa que hay en tu jardín es bella.
no la amarga hechicera que te llama
desde tu nacimiento, rosa oscura
que te alumbra el final y las orillas
del aqueronte. no hables, que estás solo
con ___ nada indecible, siempre lejos
del azul más profundo. mira pues
si el agua va a una isla donde crecen
rosas ya sin ventura o venturosas;
y escribe y canta. y oye a las estrellas
que hablan desde una página pedida.

Brasa de silencio

Tú, brasa del silencio, que encenizas
todo lo que fue música del bosque,
vuelve a tu encantamiento entre los árboles
de hojas y de pájaros. qué lejos
del corazón balsámico que daba
la claridad tan lenta de la tarde.
Lo que ya hemos perdido, como un agua
nos ahonda en la rosa que ya no es.
Pasa el jardín; después vendrá la luna
y se irá con la mano que la hizo de leyendas.
Amaremos la llama del vacío
como una antigua, extinta primavera.

Monologo de sherazada

A María Vernazza

Ya no quiero palabras, sólo un largo
silencio ¿entre las ruinas quién decide
contarse y contar a otros? el desierto
nos rodea, las dunas son ardientes.
Todo muere de sed ¿quién quiere fábula?
mas, hay alguien que dice, esta es la luna
de los encantamientos, y, a nosotros,
perdidos, nos olvidan
en medio de la peste.
Damos gracias a dios, y a Sherazada
que recomienza había una vez un Rey ...

Fabula de la luna y el lobo

Llámame cuando quieras.
Dime que eres perfecta, iluminada.
Eso sería todo.
Yo escucho otra canción
Dolorosa, de un cielo.
La otra parte
La tienes tú, profunda, en el azul
De las constelaciones.
¿Dónde te hallas?
¿quieres que sea la luna quien te alumbre?
¿la luna desolada de los bosques;
aquella luna que miramos juntos
cuando pasaba el lobo entre las hojas?


Giovanni Quessep (San Onofre, 1939), hizo estudió filosofía y letras en la Universidad Javeriana de Bogotá y se especializó en Italia en literatura contemporánea. Algunos de sus libros son El ser no es una fábula (1968), Duración y leyenda (1972), El canto del extranjero (1976), Madrigales de vida y muerte (1977), Preludios (1978), Muerte de Merlín (1985). Actualmente es profesor en la Universidad del Cauca.

<<< Volver