Margie Cronin

La ley de los huesos

Muere el cemento también,
nuestros niños empiezan con los que esclavizamos.
Vivimos en carne propia,
comiendo la comida de aquellas largas muertes,
a quienes cargamos sin relación;
con grietas en los balcones,
así se desprenden nuestras casas.

Siempre nos negamos a la revolución
venimos y nos dividimos con los años,
para elegir la nueva vida digna de la alegría,
nos hemos arrastrado al oasis por encima de todo,
parados estamos con las manos apretadas hacia el portón del desierto.

Escribimos la ficción de la inmoralidad,
la ficción de la rosa;
con el sabor fresco del cuchillo y de la pistola
con la distancia de la muerte.
Fatigados, ensamblados
escuchamos los colores quemándose detras de nuestro ser.

Dónde está la necesidad de cualquier día
entre el hueso formándose y el hueso deteriorándose.
Sospechamos del miedo o nos creamos el miedo.
¿Cuándo entenderemos el significado de la nada?

Cada uno de Uds. piensa
que hay una página brillante
donde encontrarás todas las aspiraciones,
palabras en movimiento, escuchadas sin ecos;
suponiendo el espacio, la lozanía,
los espacios imaginarios rodando la muerte.

Bien, se escribe en colaboración con el desierto
el cual está en nuestros huesos
y muchos otros huesos que ocupan este sitio.
Todavía estamos trabajando,
nos reunimos arriba del ladrillo para obstruir el agujero
del cual creamos y recreamos todas las cosas,
toda la felicidad.

Respondiendo a las Preguntas de Pablo Neruda

II

Si tú has muerto y no me he dado cuenta
pregúntale la hora al reloj embarazado.

Francia, en primavera, consigue sus hojas desde los cines.

El ciego perseguido por las abejas
debería hacer su hogar en la madera quieta.

Si el amarillo se acaba, deberíamos hacer el pan con risa.

III

Te digo la rosa no está desnuda, ni tampoco vestida
aunque sólo es deshojada por el corazón humano.

Los árboles cubren sus sabias raíces porque ellas sólo
deben crecer.

Sólo las calles más nuevas escuchan la penumbra
de los autos que están siendo robados.

¿Hay algo más triste en el mundo
que un tren inmóvil en la lluvia?
Una madre.

IV

En el cielo hay una iglesia para cada esperanza
y en cada esperanza no satisfecha hay una iglesia.

Los tiburones no atacan a las sirenas
porque ellos también desean un calorcito.

Sí, ¿el humo habla con las nubes pero no siempre silva?

Si deberían nuestros deseos regarse con el rocío.
Si es verdad que queremos el mañana.

V

Cuando la tortuga habló, el camello guardó su naranja
dentro de su cascarón.
El camello en su propia joroba menea cinco
frutas distintas.

El peral tiene más hojas que todos
los libros escritos hasta ahora,
aunque menos, que los libros que aún no se han escrito.

Las hojas cometen suicidio cuando se sienten amarillas
porque sólo tienen ojos metafísicos para mirar el sol.

VI

El sombrero de la noche vuela lleno de agujeros
porque la oscuridad engaña a la luz.

Pasando al lado del fuego las viejas cenizas susurran:
“ las manos de mi padre”

Las nubes lloran y crecen felices
cuando miran al río sonreír.

En el eclipse, los pistilos del sol
arden para vigilar las hojas.

Hay suficientes abejas en un día para toda una semana.


Margie Cronin, nacida en Australia, ha publicado unos seis libros de poemas, el último de ellos titulado My Lover’s Back. Los poemas que publicamos fueron traducidos por Juan Garrido.

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